El panorama en Venezuela de los últimos días ha dado de que hablar no solo en el país sino a nivel internacional. Las protestas del 2014 se materializaron en el presente con menos fuerza pero con mas violencia. Esta vez, la chispa se prendió al momento en que nuestro nuevo protagonista, el Tribunal Supremo de Justicia disuelve la Asamblea Nacional, único poder descentralizado y verosímil para todos los venezolanos. Eso, entre la crisis que afronta el venezolano de a pie fue el golpe que necesitábamos para una vez mas salir a las calles a protestar contra algo nuevo para la comunidad internacional pero nada nuevo nosotros, una dictadura.
Típico de dictaduras, no nos recibieron con los brazos abiertos en la calle, por el contrario, fueron las bombas lacrimosas vencidas y perdigones lo que nos dieron de festín de bienvenida. Haciendo de Caracas, y de las ciudades mas importantes del país, un campo de batalla, el cual hoy sigue dando todo lo que tiene, y que promete dar su ultimo golpe este 19 de abril, fecha ya conmemorativa para Venezuela. Quien diría que el 19 de abril de 1810 se volvería a repetir 207 años después solo que con métodos mas avanzados o cavernicolas según quien vea, para recobrar nuevamente la libertad de nuestro país de esta cúpula de lame medias entre otros adjetivos no aceptables en la escritura decente. Una libertad que creo firmemente que alcanzaremos si cada uno de nosotros deja la indiferencia y el miedo atrás para despertar de la pesadilla que hemos vivido y finalmente despertar.
Pero eso ya todos lo sabíamos, la pregunta de todos ahora seria, ¿dará esta segunda época de guarimbas frutos o acabara con un silencio sepulcral como en el 2014? Eso dependerá de todos nosotros y de la valentía que pongamos en los próximos días. Valentía de la que he sido espectadora, en las manifestaciones, viendo como los jóvenes han enfrentado con paso firme con una única convicción de libertad en contra una red de mercenarios de bajo presupuesto. Y con rabia, una rabia que puedes notar en el rostro de todos y cada uno de los manifestantes, una rabia que se siente, que se respira y que hará caer a este gobierno. La gente esta cansada, furiosa y ya no tienen miedo, porque ya ni para tener miedo tienen fuerzas. La ultima fuerza que queda es la convicción de derrocar a este gobierno.
En estos momentos, a las 10.15pm del 11 de abril del 2017, escucho pitos y cacerolas que por alguna extraña razón me da esperanza y la certeza de que así como sacaron a Maduro de San Felix a punta de huevos, así sacaremos a todo su combo fuera de nuestro amado país.
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