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Mostrando entradas de junio, 2017

Crónicas de un venezolano desesperado

Vivimos en tiempos donde la esperanza, el animo y la tranquilidad escasean tanto como la harina pan y la buena voluntad de los políticos, en menores o mayores escalas e intensidades, pero ninguno se salva. Hoy escuchando a Luis Carlos Diaz, palabras más palabras menos, dijo que las crisis debían ponerse en botellas para poder verlas desde afuera; y en mi botella mental solo pude ver desesperación: nuestra palabra clave del día de hoy, pero ¿como se refleja eso? Hablemos del venezolano de a pie, nosotros: terminando el domingo pensando que mandara la MUD y a cuanto llegara el kilo del pollo para esta semana, enredado entre los grupos de whatsapp y las noticias de DolarToday... que se meten en la Asamblea, que Maduro declara la guerra, que Ramon Muchacho convoca protesta por instagram, que explotaron el TSJ, que el CICPC se alzo... ¡calmao pueblo que se les queman las arepas! Claro, si son lo suficientemente afortunados para tener un plato en sus mesas y las pastillas necesarias para e

Nueva Generación.

Es irónico ver como a pesar de tener un país en pedazos, una educación golpeada y la libertad secuestrada, vemos a una generación que nace marcando el ejemplo a toda una sociedad incluso a pesar de la corta edad. Soy joven, y toda mi vida ha transcurrido en el Gobierno chavista... pero a pesar de la falsa propaganda y las mentiras, aun a mis 16 años se exactamente que necesita la política de un país para ser exitosa, y no exactamente porque me lo hayan enseñado en el colegio. Entonces, ¿como es posible que una generación que solo ha visto un mal socialismo, tenga una convicción tan fuerte de un país distinto cuando en realidad nunca lo ha visto? A decir verdad, no tengo la respuesta, pero somos una generación que ha crecido viendo errores y abusos, y hemos aprendido a nosotros mismos formularnos en nuestras cabezas para en algún momento solucionarlos. Hemos aprendido por nuestra propia cuenta a no ser espectadores, sino actores; y a construir puentes en vez de muros. Es cierto que

¿Por que debemos protestar?

A 68 días de protesta, me levanto a seguir los acontecimientos de mi ciudad. Tengo 16 años y no me dejan protestar, pero me rehúso a estar encerrada en cuatro paredes. Voy al colegio a ver salones vacíos y caras cansadas, salgo a la calle y solo veo calles destrozadas (y no por las manifestaciones, ya llevan años en el mismo deterioro), voy a la farmacia a comprar un producto que necesito y como cosa rara ya no se consigue, y finalmente trato de llegar a otro curso pero me encuentro con un transporte publico cerrado (y es el Gobierno quien lo cierra) así que solo me queda regresar a mi casa. Al llegar me reciben con la noticia de que un joven de 17 años fue asesinado en Chacao, un chamo como yo, en las calles que recorro a diario y empiezo a ver noticias de como reportan cantidades de heridos, y un vídeo particularmente doloroso de como golpean, atropellan y se llevan a un chamo por parte de la GNB con toda la maldad del mundo.  No se si es la acumulación de tanta tristeza, pero